Nuestro Colegio Santa Inés fue inaugurado el 25 de marzo de 1913 gracias a la generosidad de Inés y Eugenia Turdera, dos señoritas laicas y dominicas, que donaron el terreno para la creación de nuestra Institución.
Las señoritas Turdera no sólo donaron el predio a las Hermanas Dominicas de la Anunciata, sino que también, en sus comienzos, aportaron el dinero necesario para solventar los gastos que la escuela demandara en sus primeros tiempos de vida.
Tres fueron las Hermanas españolas que dejando su patria y su familia cruzaron el Atlántico para la fundación de nuestro Colegio y con ello, llevar adelante una gran obra de evangelización y educación. Ellas fueron: la Hna. Rosa Agusti, la Hna. Dolores Vilagraunt y la Hna. Monserrat Sanmartí.
Con el correr del tiempo y gracias al sacrificio y la dedicación de aquellas primeras Hermanas, la matrícula de la escuela fue creciendo junto con la confianza de las familias que buscaban una sólida formación espiritual y humana para sus hijos.
Fue así como en 1931 la casa de Turdera fue elegida para levantar el Noviciado de la congregación en América. El mismo fue inaugurado el 15 de agosto de 1931 y se convirtió en la casa de formación de centenares de jóvenes que sentían el apasionante llamado a seguir a Cristo como Dominicas de la Anunciata.
En 1941 el Colegio Santa Inés consiguió la autorización para el funcionamiento de la escuela primaria completa y de la primer sección de Pre-escolar, inaugurando así nuestro querido Jardín de Infantes. Dos años más tarde, en 1943, se incorporó la enseñanza secundaria como Escuela Profesional de corte y confección.
Y no sólo eso, 1943 fue un año muy importante para nuestra institución ya que fue, precisamente, en ese tiempo que se inauguró nuestra hermosa Capilla, se terminaron las obras de ampliación y se construyó la Gruta dedicada a la Virgen de Lourdes.
Los años seguían pasando y el Colegio seguía creciendo. En 1956, comenzó a funcionar el ciclo básico de la escuela media y en 1960 egresaron las primeras alumnas con el título de Maestra Normal Nacional.
Por otra parte, la actividad evangelizadora de la escuela siguió también las prioridades pastorales de la Iglesia y de la Congregación. Así es como en 1945 se inauguró la Asociación de Exalumnas, en 1960 el Circulo Interno y la Unión de Padres de Familia, en 1984 el Movimiento Anunciatista y en 1994 se constituyó la primera comunidad de FRADA.
Con dedicación y voluntad, con esperanza y generosidad, con fe y sacrificios, con viento a favor y muchas veces en contra, esa luz que compartieron Inés y Eugenia Turdera y las Hermanas fundadoras no se apagó nunca, sino que se fortaleció y creció.